Buscar este blog

miércoles, 25 de noviembre de 2015

DÍA DE LA NO VIOLENCIA CONTRA LA MUJER

Comparto un mensaje en el día de la no violencia contra la mujer  elaborado  por Cristian Soto.

Esto lo escribí en el mes de marzo, en el marco del día de la mujer. Quiero recordarlo hoy, en el marco del día de la no violencia contra la mujer.

¡A PROPÓSITO DEL DÍA DE LA MUJER!

Durante todos estos días se han realizado amplios preparativos para la llegada de una de las celebraciones más comentadas del año: el día internacional de la mujer. Un tiempo para resaltar el lugar social de las mujeres, su desempeño en el mundo familiar y las valoraciones culturales atribuidas respecto a ellas.

Los chocolates, mensajes de texto, dedicatorias musicales y envío de flores son actos bellos, pero no todo es color de rosa: durante el resto de año muchas mujeres, en vez de recibir margaritas, lirios, girasoles y rosas, reciben insultos, golpes, palabras fuertes y menosprecios.

-Aún hay mujeres quemadas con ácido.

-Aún hay discursos machistas que ponen en duda los talentos de las mujeres: “¿qué más se le va pedir a una mujer?”, “con razón, es una vieja la que va manejando”.

-Aún hay mujeres abusadas sexualmente, aún por su pareja, quienes se han visto obligadas a sostener prácticas sexuales en el momento que no lo desean, pese al posible cansancio, enfermedad o estado de ánimo.
-Aún hay mujeres que se tienen que quedar calladas por deber "respeto absoluto" a quienes las tratan como si fueran sus dueños.

-Aún hay mujeres que tienen que pedir permiso para salir a tomar un café con sus amigas o que no pueden hablar con otros hombres porque podrían ser tildadas de coquetas o de infieles.
-Aún hay mujeres que reciben acosos laborales y reciben salarios injustos.

-Aún hay mujeres que jamás reciben cooperación de sus familiares para realizar las labores domésticas, a quienes les han dicho que son las “responsables exclusivas” de lavar, de planchar, de criar a sus hijos y de asistir a la reunión de padres de familia. Los hombres no le ayudamos a las mujeres en las labores domésticas, ¡participamos!, porque también comemos, también nos vestimos y también hacemos desorden.

-Aún hay mujeres que dependen única y exclusivamente de otros, aguantan insultos y humillaciones porque les han dicho miles de veces: “¿tú qué harías sin mí?”

-Aún hay mujeres que justifican los actos de violencia física y simbólica por miedo al abandono, lo que les lleva a decir: “él es muy bueno, ese es el único defecto que tiene” o peor aún: “¡yo lo provoqué!

-Aún hay mujeres que ven en riesgo su salud por exponerse a ciertos procedimientos, buscando ajustarse a un prototipo de belleza.

-Aún hay mujeres que, en vez de disfrutar su tiempo de soltería, se llenan de desespero y confusión porque temen ser tildadas de “solteronas”, “amargadas” o “raras”; por eso es que muchas expresan: “prefiero decir que soy separada y no que me critiquen por ser solterona”.

-Aún hay mujeres que no conocen la frase: ¡hago respetar mis derechos!
Amigos: sigamos dando flores, sigamos dando serenatas, sigamos mandando mensajes hermosos en honor a las mujeres; adicionalmente, asumamos los siguientes compromisos:
-Comprometámonos a eliminar toda manifestación violenta en contra de las mujeres, porque hay palabras que duelen más que los golpes.

-Asumamos el compromiso de no ser cómplices de actos violentos en contra de las mujeres, podemos decirle a nuestros amigos: “respeta a tu novia”, “no está bien que le hables así a tu esposa o a tu madre”, o “no minimices el trabajo de tus compañeras”.

-Denunciemos todo ejercicio de violencia en contra de las mujeres.

Las situaciones de maltrato, violencia y uso de poder autoritario no sólo están dirigidas por parte de los hombres hacia las mujeres, pues también hay muchas mujeres que violentan; de tal modo, el presente escrito es un pretexto para reiterar nuestra necesidad de fomentar nuevas formas de relacionarnos entre hombres y mujeres, y de herir con más fuerza a ese gigante llamado patriarcado.

Tengo claro que no es un mensaje sencillo y que, a lo mejor, dejo muchas cosas por fuera, pero también tengo claro que entre todos seguiremos escribiendo este relato, ya sea para seguir contando historias tristes o para insinuar con felicidad: ¡hay un mejor país para las mujeres!


Cristian Soto.

1 comentario:

  1. Es crucial que como sociedad nos confrontemos frente a esta situación de maltrato que vive la mujer y mejor aún que nos transgformemos en las formas en que nos relacionamos entre los generos y dentro de los generos, que el respeto a las personas prime sobre cualquier consideración y que el tacto se manifieste en toda relación

    ResponderBorrar

Gracias por participar en esta página