Para cambiar algo, primero has de
reconocerlo e identificarlo; los deseos son buenos si nos conducen a la
creatividad y son malos si nos esclavizan.
Está muy bien que desees mejorar
tu vida, ganar más dinero, mejorar tus relaciones, gozar de buena salud o
cualquier otra cosa; pero la felicidad no la encontrarás consiguiendo que se
cumplan esos deseos, sino en la fuerza que sentirás al mejorar tu relación
contigo mism@, en cambiar la esencia de tus pensamientos y en tomar las riendas
de tu propia vida.
Reconoce lo que está sucediendo
dentro de ti, presta atención a tus emociones, deseos, necesidades y al origen
de los mismos. El mero hecho de ser consciente de ellos, les resta poder sobre
ti. Por el contrario, si pretendes ocultarlos tras las críticas o la negación,
cobrarán más fuerza y serán ellos los que gobiernen tu vida.
Es mucho más gratificante crear
una vida que siente bien por dentro y no una que sólo se vea bien por fuera.
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